Badajo artesanal de hueso |
Los pastores pasaban jornadas enteras en la más absoluta soledad, acompañados únicamente del sonido de cencerros y los validos de las ovejas. En sus largas jornadas, y mientras las ovejas pastaban, con una simple navaja y de forma completamente artesanal, labraban los badajos de los cencerros, bien de madera o de hueso, y que servían para que el rebaño no se dispersara.
Los materiales utilizados para hacer los badajos, tienen que ser duros para que el sonido de las cencerras sea limpio. El hueso utilizado solía ser de pata de choto o ternero, labrándolo si es posible en fresco para que sea más manejable. Este material destacaba por la cualidad de no desgastar la esquila. También se utilizaba la madera, sobre todo de encina por ser muy dura, pero la que tenía una dureza suprema era el "rechizo" o raíz de la retama.
La tarea primera era tomar la medida adecuada dependiendo si el cencerro era más o menos grande, debiendo sobresalir el badajo unos dos o tres centímetros. En los cencerros grandes y apucherados era conveniente que fuera de madera para lograr un sonido más grave.
Si paciencia y maestría eran fundamentales para labrar la pieza, no menos importante era abotajar (colocar el badajo al cencerro); el badajo se unía a la anilla situada en el interior de la cencerra por una cinta de cuero a la cual se le hacía una muesca, introduciéndose dentro del cencerro, quedando aseguradas ambas piezas.
Los cencerros, en realidad, además de la pieza metálica, se componen de la embadajadera, el badajo, el collar o collera que sujeta el cencerro al animal que lo porta; y el pasador o clavilla para cerrar el collar. El movimiento de los animales provoca el sonido, algo parecido a un "tolón", al chocar el badajo con los frentes del cencerro. De esta forma se controla la presencia del ganado.
No todas las ovejas de un rebaño llevaban cencerra; dependía mucho del gusto e interés de cada pastor, pero era de suma importancia que el sonido de las mismas fuese limpio y por ello competían a veces los distintos pastores; ni que decir tiene que la calidad y vistosidad de badajos y cencerros era un signo de distinción, que procuraban destacar los distintos amos.
Badajos y cencerros |
Aunque la cabaña ganadera ha disminuido mucho en los últimos años, todavía se siguen fabricando cencerros, pero naturalmente el hueso se ha desechado dando paso a los badajos de madera hechos de manera industrial, desechándose los materiales que tradicionalmente se venían empleando.
Partes del cencerro |