Huevos de corral

Estos días escuchamos y leemos en la noticias de cualquier medio la contaminación sufrida en Alemania por dioxinas encontradas en piensos animales y que está afectando a numerosas granjas porcinas y avícolas alemanas. Es en este momento cuando me acuerdo y valoro, más si cabe, cuando tomo unos huevos de corral.

Que no nos engañen, los huevos de corral no tienen uniformidad ni en su tamaño ni en el color de sus cáscaras, al contrario de los huevos de las gallinas explotadas industrialmente.

Huevos de corral de mis gallinas

Prácticamente todos los huevos etiquetados como "de corral" que podemos encontrar en las tiendas de hoy en día son producidos en grandes granjas industrializadas, lejos de los auténticos huevos de corral de los que hemos oído hablar a nuestros abuelos, aquellos que son producidos por la docena de gallinas que tenían en el corral de la casa del pueblo y que eran alimentadas a base de desperdicios de comida, cereales y lo que estos animales encontrasen escarbando por el suelo. ¿Quién no ha oído hablar de "La Gallina y la lombriz"? Seguro que esa gallina ponía auténticos huevos de corral.

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